(Primeras imágenes fílmicas del sitio arqueológico El Shinkal de Quimivil)
“Los lugares sagrados de todos los tiempos
están siempre construídos en piedra; la piedra
y la leyenda tienen la capacidad de conservar el
misterio intacto…”
Hania Ckzajkowsky, La Conspiración de los Alquimistas
Con motivo del lanzamiento del “Viaje Integrativo-Vivencial, Capilla del Monte, Abril-2010”, y a propósito de la peregrinación a Lugares Sagrados que enmarca a la propuesta, los integrantes de Comunitario Otorongo Wasi hemos querido compartir “La Voz de las Piedras” con nuestros amigos y visitantes.
Se trata de un testimonio ilustrativo sobre el Shinkal de Quimivil, uno de los Lugares Sagrados más destacados de nuestro país que los integrantes del comunitario visitamos anualmente como parte de nuestro peregrinaje (en este caso a los valles calchaquíes) en cada Solsticio de Invierno con motivo de la Celebración del Inti Raymi.
“La Voz de las Piedras” constituye un documento de vital importancia para todos aquellos buscadores interesados en horadar en la cultura de nuestros pueblos originarios y retransitar sus huellas, sus caminos, sus sendas; en busca del sabio consejo oportuno, en un momento acuciante de la historia. Ni más ni menos que un consejo de Abuelos…
Los Tata Rumis o Abuelas Piedras son entonces los verdaderos protagonistas de este intenso recorrido tras los pasos de nuestros Ancestros por los corredores de este inmenso y misterioso Centro Ceremonial que es el Shinkal de Quimivil, en el Pueblo de Londres, provincia de Catamarca. Testimonio pétreo del glorioso pasado del Incanato (del cual el Shinkal es su parte más austral) y de todos los pueblos y cosmovisiones que allí se dieron cita desde aún antes de su construcción en 1470 hasta el fin de su primera ocupación en el 1536; a la sazón Condorhuasi, Belén, Ciénaga, Santa María, etc. que dejaron su impronta en el bello arte de la alfarería , cuyas huellas se nos muestran no solo desde detrás de las vitrinas del Museo, sino floreciendo en miríadas de pétalos arcillosos que salpican nuestro camino.
La videocámara sisea, avanzando agazapada y ondulante entre las piedras caídas de los Edificios y Templos, como si conociera de antemano el secreto que ellas ocultan y no quisiera dejar pasar la oportunidad de mostarlo.
Dice Paul Devereux, “Para nuestros antepasados, los paisajes estaban saturados de recuerdos que señalaban los lugares donde tuvieron efecto importatantes acciones, confrontaciones, revelaciones y emociones entre personas, espíritus, deidades y los tres reinos”.
Es entonces natural que los propios documentalistas no puedan jamás sustraerse al sobrecogimiento que causan estas antiguas construcciones, ni a los ensueños de los que son presas cada día, cada noche que deambulan por sus laberintos en eterna procesión. Y esas historias pesan a la hora de querer mostrar lo más objetiva y didácticamente posible las imágenes que hemos recopilado de este lugar con el simple propósito de compartir. En cada emplazamiento que se visita, en cada edificio que se presenta, en la propia afectación en la voz de Rosita, nuestra guía, puede percibirse claramente que más allá del fin educativo, como dice Plácido Heirale “un gran manto de Sacralidad lo va cubriendo todo lentamente…”
Desde esta perspectiva, “La Voz de las Piedras” es un trabajo de modesta producción pero de gran contenido poético que nace del compromiso de los documentalistas de Otorongo Wasi para con la preservación del Sitio como Lugar Sagrado y Centro Ceremonial; por lo que el compromiso queda más que saldado sabiendo que “sonkoymanta”, o sea desde nuestro corazón, compartimos estas bellas imágenes y palabras con el único fin de encontrarnos, finalmente, junto a todos aquellos peregrinos, genuinos buscadores de la libertad que respetan el consejo de los Sabios Viejos…
Los habitantes de la Casa del Otorongo no desean otra cosa…
Marcelo Lorenzoni
Febrero 2010
La voz de las Piedras, parte 1
La voz de las Piedras, parte 2
La voz de las Piedras, parte 3