(fuente: Indymedia Argentina; subido por Omar)
La densidad poblacional de las dos aldeas guaraníes
cercanas a las Cataratas del Iguazú, en la
provincia de Misiones, es alarmante. Rodeados de barrios urbanos y megaemprendimientos
turísticos de los que no reciben beneficios, ya no tienen donde migrar
y hacer el nuevo comienzo según la cosmovisión ancestral.
"Hoy hay otro contexto", afirma el periodista Claudio Salvador,
coordinador del proyecto MATE (Modelo Argentino para Turismo y
Empleo de los Pueblos Originarios). En esta entrevista, donde aclara que
no habla en nombre de los indígenas, sino en base a su experiencia
de trabajo, implora: "De una vez por todas reconozcamos todos los
derechos que tiene una Nación dentro de otra Nación".
Dice que debe asumir un guaraní como director de Asuntos Guaraníes
de la Provincia, y alerta: "En Puerto Iguazú de casi 1700
indígenas hay sólo 3 que han terminado la escuela secundaria.
Estos sistemas educativos son inapropiados para la interculturalidad.
¿Cuándo vamos a empezar a cambiar?".
Entrevista realizada durante el programa radial La
Flecha (FM Estación Sur – La Plata)
Fotos cortesía Nicolás Pousthomis, de la Cooperativa de Fotógrafos
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-Nos motiva esta comunicación en principio una nota que leímos
en Radio Cataratas en la cual un guía de turismo plantea que los
guaraníes que están en el corredor de las 600 hectáreas,
un destino turístico (pero que es territorio indígena), deberían
ser ubicados en otra zona porque hacen ruido a la visión de los turistas.
[@more@]En principio esa declaración, tenemos que ser honestos, representa
lo que 8 o 9 personas de cada 10 piensan: que la situación en la
que se encuentra nuesto pueblo indígena no es una linda tarjeta de
presentación para los visitantes, ver la pobreza y las condiciones
miserables en las cuales algunas veces vive. También es cierto que
a las familias indígenas les interesa su privacidad, son 4 o 5 familias
que están viviendo al costado del camino, no son muchas las que han
hecho esto de colocarse a la vista de los autos que pasan hacia los hoteles
de 5 estrellas. Porque nuestros pueblos originarios jamás han dado
lastima, tienen una dignidad muy fuerte que a todos nos enseña.
Lo que pasa es que se confronta esta situación: el desarollo turístico
no es para todos, es para una pequeña parte de la población
que recibe los beneficios del turismo y el pueblo indígena sigue
esperando la carroza, como decimos nosotros los jurua, los blancos.
No pasa nada. No solamente porque no reciben beneficios sino también
porque no hay políticas apropiadas de educación, de salud,
de todo lo que ellos necesitan. Entonces esta manifestación de estas
pocas familias que se han puesto al costado del camino es más que
nada un llamado de atención, es un grito de urgencia, es un grito
de alerta que nos están enviando de que las cosas no están
bien para nada y que hay un desbalance muy grande.
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-Ubiquemos este camino y estas 600 hectáreas en el contexto del
reclamo de la comunidad Yryapu, esas tierras en realidad son territorio
indígena.
Todo es territorio indígena, como ustedes saben. Las 630 hectáreas,
que nosotros llamamos aquí las 600 hectáreas, fue un territorio
reclamado hasta el 2003 por la comunidad Yryapu. Luego de un acuerdo con
el Gobierno, menos de la mitad le pertenece hoy comunitariamente a la comunidad
Yryapu, y una fraccion de 300 y pico de hectáreas se ha loteado para
la instalación de grandes hoteles y una cancha de golf que pertenecen
a una cadena internacional. Ellos han quedado en el costado este del camino
y en el costado oeste hay inversiones de millones y millones de dólares.
Recientemente se anunció un hotel de 60 millones de dólares,
de ¡7 estrellas! Nosotros no sabemos ni siquiera de qué se
trata esto de las 7 estrellas, parece hasta una inmoralidad. Ese territorio
fue reclamado por el pueblo indígena, que de alguna forma renunció
al derecho de seguir reclamándolo para favorecer el desarrollo turístico
y resulta que ningún beneficio les está llegando.
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-¿Cómo es la relación de las aldeas guaraníes
con los empresarios turísticos? Puerto Iguazú es promocionado
por las Cataratas, ¿es también promocionado ir a recorrer
las aldeas guaraníes y de qué manera de lleva a cabo esto?
Hay una historia muy especial en Yryapú, en el año 2005 con
el comienzo del proyecto MATE comenzó un camino hacia la autogestión.
La autogestión significa tener el control de sus negocios y actividades
turísticas, y por otro lado, decidir qué actividades turísticas,
qué mostrar y qué no mostrar, qué contar y qué
no contar a los visitantes que llegan a la comunidad. Esto es una premisa
fundamental, es una decisión que se tomó por consenso después
de muchas reuniones con líderes en el 2005 y después comenzamos
a caminar el proyecto.
El otro camino que nosotros no recomendamos al pueblo indígena, tratándose
de su cultura, de su vida, de su privacidad, es que los operadores y las
agencias tengan el control y el manejo de las actividades. Porque evidentemente
ellos deciden, ellos hacen, deshacen y se quedan con la mejor parte de todo.
Nosotros creemos que tiene que ser al revés: la mejor parte la tiene
que tener el indígena. Esto les debe servir no solamente para consolidar
su cultura, lo que nos queda de la cultura y lo que podamos recuperar, sino
también para mejorar la calidad de vida de las familias en el nuevo
contexto.
Hay un nuevo contexto, esto no lo podemos evitar, por más indigenistas
que seamos, por más puristas que seamos en el sentido de los pueblos
originarios, hoy el indígena muere de tuberculosis, hoy el indígena
muere de un resfrío común… cosa que antes cuando la selva
estaba no sucedía. En este nuevo contexto hay necesidades, hay cosas
que el pueblo indígena y las familias tienen que tener. No hay alternativas
en este sentido.
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Un pueblo migrante como el Pueblo Mbya Guaraní ya no tiene adonde
ir, ya no tiene el lugar para el nuevo comienzo. Hay que hacer una vida
sobre el mismo pedazo de tierra. La densidad poblacional de Yryapú
es 5 veces más que la misionera en general, y la de Mbororé
es 18 veces más que la densidad misionera en general. Esta es la
gran injusticia que se cometió ya de entrada cuando se les devolvió
algo del territorio que alguna vez se les arrebató a los indígenas.
No se tuvo ni siquiera en cuenta el pedazo de tierra que les correspondìa
por ser un habitante más de nuestra provincia. Nosotros somos 1 habitante
cada 3 hectáreas, en Yryapú son 1 habitante y medio cada hectárea,
y en Mbororé creo que está en 18 habitantes cada 3 hectàreas,
o sea 6 habitantes por hectárea. Una locura.
-Hablando de Mbororé, hace poco circuló otra noticia con
una declaración del cacique diciendo que quiere levantar un muro
para proteger a su comunidad de los blancos. Son cosas que no tienen la
repercusión que deberían tener, ¿no?
Sí, y se sacan de contexto. Yo soy un argentino más como ustedes
y me acuerdo cuando nuestro querido musical Sui Generis cantaba ‘rasguña
las piedras’ y estaba hablando de la cantidad de desaparecidos que comenzaba
a tener la Argentina de los 70′, antes inclusive del Proceso Militar que
fue tan nefasto. Nosotros no entendìamos el símbolo, no nos
dábamos cuenta de que queríamos que estén vivos detrás
de las paredes. Acá lo mismo. Yo no puedo interpretar las palabras
del cacique, seguramente él lo hará. Pero acá cuando
uno habla de muro es otro llamado de atención, diciendo ‘somos 1200
personas en 200 hectáreas en este lugar que tenemos que vivir, estamos
rodeados ya de barrios de viviendas’, hay gente que ingresa a las comunidades,
que abusa de las niñas, que no respeta a las autoridad de las comunidades.
Entonces él dice: ‘yo voy a levantar un muro’. Después se
supo que el muro en reallidad era un alambre con el que él quería
limitar su territorio.
Hay muchísimas maneras de controlar el territorio, digitalmente,
a través de computadoras, hay maneras de controlar dentro de las
comunidades. Las comunidades tienen policía: deberían tener
capacitación la policía indígena y una articulación
con la policía de las ciudades para poder controlar el orden dentro
de sus propias comunidades y según sus propipas leyes. Todo esto
no se dice, es un derecho que ellos tienen. Hablamos de territorio indígena,
al guaraní lo reconocemos como Nación Guaraní, entonces
de una vez por todas reconozcamos todos los derechos que tiene una Nación
dentro de otra Nación.
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Establecimientos vecinos a la aldea Yryapú
-Una de las personas que salió al cruce de esta declaración
del cacique guaraní fue el director de Asuntos Guaraníes,
Arnulfo Verón. ¿Qué hace el Gobierno de la Provincia
de Misiones cuando surgen estos casos?
De este señor no vale la pena ni hablar. Tiene una trayectoria realmente
muy poco lucida junto a los pueblos indígenas. El Gobierno en muchos
casos se sienta, dialoga, el pueblo indígena es un pueblo de diálogo,
no es un pueblo en general agresivo, de ninguna manera, es un pueblo que
le gusta dialogar. Pero también quiere sacar de ese diálogo
beneficios para sus comunidades. Yo creo que no todos los organismos del
Gobierno son como la Dirección de Asuntos Guaraníes,
que si me pedís mi opinión en particular deberían poner
un nuevo director, su etapa está cumplida hace mucho tiempo. En realidad
debería renovarse esa Dirección, el primer anuncio que debería
hacer ese director de Asuntos Guaraníes es comenzar una transición
hasta que el director sea un guaraní. Ya sea que lleve 5 años,
10 años, pero debería haber un acompañamiento suficiente
para que la Dirección de Asuntos Guaraníes esté
en manos de los guaraníes. Porque hay muchos fondos que se pierden,
que nunca llegan, estas cosas no deben suceder.
Hablo mucho de la capacitación porque ustedes sabrán que es
muy difícil que nuestros jóvenes indígenas concurran
a la escuela común, a la escuela pública. Aquí en Iguazú
tenemos casi 1700 indígenas de los cuales hay sólo 3 que han
terminado la escuela secundaria. Esto nos está mostrando claramente
sistemas educativos inapropiados para la interculturalidad. ¿Cuándo
vamos a empezar a cambiar esto? Tenemos que empezar en algún momento.