Dentro de las actividades de «recuerdo en acto» de la sacralidad de nuestros Pueblos Originarios, un lugar destacado ocupa la ceremonia INIPI, también conocida como Temascal o Temazcal.
Desde Alaska a Tierra del Fuego se practicaron este tipo de ceremonias, adquiriendo por derecho propio forma y dirección específicas. Las más conocidas son, en los pueblos de mesoamérica el Temascal o Temascal, cuyo nombre original es Temazcalli (Temaz: vapor, calli: casa); y la de nuestros hermanos de las praderas del Norte: los Siux, Oglala, Pueblo, Sunis o Navajos.
Para estos últimos, la ceremonia se denomina INIPI y es una parte central de sus ceremoniales.
Una ceremonia de purificación donde los elementos del universo, tierra, aire, agua y fuego han de combinarse para transformarse en “Medicina”.
Este concepto de “Medicina”, no se parece en nada al occidental, que refiere generalmente a un “Medicamento”. La Medicina actúa sobre el “cuerpo”, solo que este cuerpo interpretado tradicionalmente consta de al menos tres partes, mente, cuerpo y espíritu. La Medicina es para los tres.
Sudar es un sacrificio. Según los diccionarios: renunciar a algo o hacer algo que no gusta o que implica mucho esfuerzo para beneficiar a alguien u obtener algo.
Según Black Elk (Alce Negro) un “Heyoka” (profeta Lakota), “…en la cabaña intervienen todos los poderes del universo… el vapor que sale de las piedras es pavoroso, pero nos purifica y nos permite vivir como el gran Espíritu quiere. Si nos volvemos realmente puros, puede ser incluso que El Gran Espíritu nos envíe una Visión”.
Penetrar en su interior es penetrar en los misterios de la Madre Tierra, es volver a su seno para ser purificados y transformados, si nuestro sacrificio es bien recibido saldremos de allí verdaderamente “renacidos”.
La ceremonia empieza mucho antes de que la gente llegue al lugar donde se realiza, empieza cuando se seleccionan cada una de las ramas que se utilizarán para confeccionar la cabaña, con cada atadura, con cada bolsita de tabaco que se ofrenda, cuando se buscan “los abuelitos y abuelitas” que se utilizarán: esas piedras de origen desconocido que sin embargo guardarán el calor del fuego en su rojo intenso para brindarnos a nosotros el vapor en que se transforma el agua al acariciarlas.
Armar la cuna de leña, acomodar los abuelitos, seleccionar las hierbas que se utilizarán, prepararse para recibir a esos aliados poderosos y antiguos, la cabaña es en si misma lo que se conoce como “Rito de Pasaje”. La Magia de este acto se encuentra repartida en cuatro: las cuatro direcciones del Universo, los cuatro elementos, las cuatro estaciones, los cuatro abuelos originarios, y así podríamos seguir durante un rato… Por ello serán cuatro las veces que las Abuelitas ingresen a la cabaña, representando al sol, a sus lágrimas, que fecundan la tierra. Cuatro veces se abrirá la puerta, una para cada dirección, cuatro veces nos enfrentaremos a nosotros mismos en una batalla por comprender, por ello se les llama “Rounds”.
Dentro de la cabaña sudaremos y limpiaremos nuestras mentes y espíritus a través del canto, la oración y el pedido, sudamos por nosotros, pero sobre todo mitakuye oyasín (“Por todas mis relaciones”).
Sudamos para pedir, para agradecer, para festejar, por la salud, por la enfermedad, sudamos a veces de día, a veces de noche, al amanecer o al atardecer, un año nuestra puerta mira al este, y el próximo al Oeste, así, siguiendo el ciclo de la vida.
Si nos hacemos amigos del calor, del vapor húmedo, antes de salir sabremos inequívocamente que somos parte de ese “Gran Misterio” que a falta de nombres llamamos “Gran Espíritu”. Así habremos atravesado una experiencia, enfrentado el miedo, habremos crecido un poco, habremos alcanzado un poco más de entendimiento.
Todos los que participamos somos un círculo entrelazado, donde cada uno sostiene al resto y debe ser sostenido por este. Así, cuando salimos, sabemos que somos parte de ese otro círculo mayor que es el universo.
La edad de las personas que participan es muy variada: desde 8 años a 80 años!!!.
La gente que ya nos conoce sabe que es lo que viene a buscar: una ceremonia, un acto que realizamos entre todos, un sacrificio.
Los que llegan por primera vez vienen a veces con mucha expectativa o curiosidad, aunque generalmente ya han leído algo o les han comentado algo al respecto. Cuando les contamos, se suman gustosos.
No es fácil encontrar los lugares adecuados para realizar este tipo de experiencias. Debe ser un lugar apartado, tranquilo, tener las comodidades básicas para los “sudadores”. Se debe poder realizar una gran fogata frecuentemente, medios de traslado y demás, la búsqueda de todos estos elementos no suele sencilla.
Algunos de los beneficios saludables directos de la experiencia
Sin ser una “solución mágica” para todo, es -sin lugar a dudas- una “Medicina Poderosa” para el tratamiento de muchas enfermedades y dolencias tanto agudas como crónicas.
- Estimula todos los órganos internos, limpiando y purificando nuestro cuerpo de toxinas provenientes de nuestro diario vivir, fundamentalmente producto de la alimentación y los problemas de contaminación cada vez más comunes.
- Mejora el Sistema Inmunológico
- Aumenta la producción de glóbulos blancos ayudando a la recuperación de personas que padecen enfermedades crónicas o recurrentes.
- Estimula el funcionamiento del sistema linfático y hormonal. Es recomendable para personas que padecen enfermedades auto-inmunes.
- Desintoxicación del cuerpo
- Depuramos nuestro cuerpo mediante la profusa sudación producida por el calor húmedo de la cabaña, así se elimina ácido úrico, se reducen problemas de piel como el acné, barros, espinillas, se queman grasas e impurezas de la piel, todo esto sumado al mejoramiento del funcionamiento del riñón.
- Nuestra piel funciona como un organismo regulador de la temperatura corporal, muchas veces los poros de esta suelen estar bloqueados cuando no cerrados. El calor de la cabaña reactiva estos poros, restableciendo la función de nuestra piel que es considerada por muchos como un segundo riñón.
- Aparato respiratorio
- Limpia y descongestiona las vías aéreas, respiratorias, canales nasales y paranasales. El vapor es muy bueno para el tratamiento del ASMA, bronquitis, gripes y sinusitis. Activa la irrigación sanguínea al aumentar este flujo sanguíneo, que sumado a la expansión de los pulmones, los bronquios facilitan la expulsión de toxinas acumuladas.
- Sistema nervioso
- La cabaña produce un fuerte efecto relajante y estimulante, muy bueno para tratar problemas como el Stress crónico, cansancio crónico, insomnio, tensión nerviosa, estimula el sistema hormonal.
- Relajación del sistema muscular
- Alivia contracturas crónicas, dolores de espalda, dolores de tobillos y rodillas.
Los beneficios están relacionados con la eliminación de toxinas acumuladas, fundamentalmente a través de la piel, que abre sus poros de forma maravillosa, permitiendo además la descamación de la capa de células que ya no sirve, le damos así a nuestra piel la oportunidad de trabajar como el órgano que realmente es!, salimos de la cabaña con la tersura de la piel de un bebe, nuestro aparato respiratorio se ve increíblemente beneficiado, ya que el vapor húmedo es aconsejado para muchas afecciones respiratorias, como el asma, o la sinusitis. Nuestro aparato circulatorio reacciona irrigando los lugares más recónditos del organismo, oxigenando y purificando a su paso. Nuestro sistema nervioso tiende a relajarse con las olas de cálido vapor imbuidas del aroma de las hierbas medicinales. Es por ello un complemento excelente para los que padecen de stress, problemas para conciliar el sueño o la tan acostumbrada tensión nerviosa. Psicológicamente nos permite catalizar experiencias y emociones contenidas durante tiempo, nos ayuda a expulsar aquello que nos pesa. A veces las lágrimas y el sudor se confunden en acto de liberación. También es beneficioso para procesos inflamatorios ya que al eliminar líquidos se reduce este tipo de problemas. También es aconsejable para aquellos que desean perder peso.
La modalidad con la que nuestro comunitario lleva a cabo esta actividad esta relacionada con los aspectos tradicionales de la misma, y no tanto como una reunión social saludable, que sería el caso de los baños turcos, hammam, el actual sauna, o la re-adaptación moderna de la misma que hoy en día suele verse en varios puntos del país.
Creemos que, sin lugar a dudas, necesitamos como nunca antes este tipo de conocimientos. Necesitamos recordar, hacernos amigos de nuestros ancestros. Sobre todo en una época en que la medicina ortodoxa parece separarse cada vez más de le esencia de las personas, parece des-humanizarse, parece fría y distante, y los seres humanos necesitamos ese abrazo cálido y contenedor de la madre tierra.
Cuando nos retiramos de un lugar de trabajo, pasado un corto tiempo, nadie podría advertir que allí se llevo a cabo un rito ancestral, donde mucha gente encontró secretos olvidados, y olvidó temores presentes. Solo encontrará el verde del pasto y algunas piedras dispersas, pero al caminar por allí quizá sienta una sensación agradable.
Ese es parte de nuestro trabajo: recordar y ayudar a recordar a aquellos con quienes compartimos el caminito de andar la vida.
Mitakuye Oyasin! (por todas mis relaciones)
Sonkoymanta! (desde mi corazón)
Para tener en cuenta
- Llevar:
- Toalla/ toallon
- Traje de baño o prenda para sudar de algodón, cuanto menor es la cantidad de ropa, tanto mejor es.
- Ropa abrigada para después de la ceremonia (invierno).
- No llevar dentro de la cabaña objetos de metal, anillos, cadenas, relojes, etc.
- Llegar a la ceremonia bien hidratado, los días previos a la misma consumir un mínimo de 1,5 L a 2 L de agua mineral por día.
- Luego de la ceremonia consumir preferentemente bananas y alguna bebida para reponer sales y minerales (Gatorade o similar).
- Reservar lugar con anticipación a las fechas acordadas de los encuentros ya que la capacidad de la cabaña es limitada.
- IMPORTANTE: Si bien cada caso en particular deberá ser consultado oportunamente antes de cada encuentro, en principio, no es conveniente para cardíacos crónicos, personas con heridas recientes u operaciones, claustrofóbicos, ataques de pánico, hiper o hipotensos crónicos, problemas respiratorios serios, propensos a la deshidratación, problemas de piel que se vean afectados por el calor intenso.
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