Celebración de la Pachamama
Durante el mes de agosto las comunidades andinas y sus representantes, a lo largo y lo ancho de Abya Yala (América), conmemoran y celebran el ciclo que honra a la Madre Tierra, Pachamama (entidad andina que representa no solo el suelo que pisamos o la naturaleza que nos rodea, sino todo ello, además del hombre y sus relaciones). Es precisamente en esta fecha que se ofrenda a la Gran Madre parte de los frutos de las cosechas, bebidas, comida y animales para agradecer por los favores obtenidos y pedir por el nuevo ciclo.
Celebración por el Mes o Día de la Pachamama
El Comunitario realiza su Celebración desde el año 2000 en diferentes lugares del país. Los últimos años ha realizado la celebración en el Parque de la Facultad de Agronomía (CABA), y previamente lo ha hecho en los bosques de Palermo cerca del Planetario; todo esto para acercar a la ciudad esta práctica ancestral, ya que en el interior del país es común su celebración en los patios de las casas, escuelas y centros donde se reúne la comunidad.
Para agradecer y luego pedir a nuestra Madre Pachamama, realizamos una Corpachada: abrimos una boca (un hueco) en la tierra, que es decorada con muchos colores: ñawis, flores, guirnaldas, donde se va ofrendando bebidas y comidas, hojas de coca, semillas, frutos, y otros alimentos, así como algún objetos que podemos considerar valiosos o importantes para ser ofrendados. Tradicionalmente la ofrenda se realiza en yunta: una mujer y un hombre a la vez. Finalmente las niñas y niños cierran la boca al terminar de hacerse las ofrendas.
También realizamos un Haywarikuy (despacho sagrado) para el Hanaj Pacha (mundo superior, de arriba), para pedir por el nuevo ciclo de cosechas que inicia en el mes de agosto.
Significado de Pachamama
Con mucha frecuencia hablamos acerca del término Pachamama, sin embargo muchos desconocen realmente lo que este vocablo significa, ya que suele traducirse como Madre Tierra. Si bien es cierto que esto es parte de nuestra cultura popular y folklórica, la raíz de este término y su connotación en el ideario sacral de los Andes es mucho más vasto e interesante. Se refiere a una entidad mucho mayor, de connotaciones cósmicas. Es, sin duda, el principio y origen de la idea de lo “feminal”, aquello de lo que la misma feminidad se nace en nuestros pueblos originarios andinos.
Esta relación con un organismo o entidad viviente, sensible y cognoscente, es la base natural de las relaciones de Ayni (reciprocidad) y del denominado Sumaq Kawsay (Buen Vivir). Esta forma de estar en el mundo, de convivirlo conjuntamente, es el origen de las actuales ideas y postulados de sustentabilidad que cada día aparecen con mayor frecuencia y premura ante el advenimiento de un futuro incierto. Por ello es necesario recordar, traer a la memoria y a la consciencia el verdadero contenido de estas palabras que encierran la sabiduría de una filosofía perenne, tan rica y profunda como la griega o la oriental, que ha permanecido apartada de la mirada del mundo moderno; un conjunto de conocimientos y prácticas que han resistido el paso de los siglos batallando contra el olvido del tiempo y de quienes ejercen el poderío de la memoria.
Tejido del sueño
Hoy, más que nunca, debemos animarnos a tender ese puente entre el pasado y el futuro, para entre todos nuevamente, armar el “tejido del sueño” que los antiguos tuvieron: volver a comprender que somos “parte de” y no “dueños de”, algo tan maravilloso e increíble que pasó frente a nuestros ojos sin siquiera darnos cuenta.
Como nunca antes, necesitamos volver a entablar una relación con esta idea de pertenencia, complementariedad, interrelaciones y vida, que existe desde siempre dentro de cada uno de nosotros, aunque no lo recordemos.
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