(por Juan)
Hola a todos!!!
Como siempre es un gusto saludarlos, y ver que poco a poco la bitácora empieza a funcionar como medio de comunicación entre los que visitamos esta página!
La verdad es que después de nuestro viaje estuve un poco fuera de servicio, pero regreso ahora con una noticia que quiero compartir con todos ustedes, la muestra
"Tesoros precolombinos del noroeste Argentino"
Es realmente imperdible!
Para todos aquelos que se interesan por estos temas es importante visitar la parte dedicada al Shamanismo del noroeste, los textos de sala son verdaderamente inspiradores, como no podía ser de otra manera, ya que fueron redactados por la gente de Fundación Desde Améreica, muy versada en estos temas.
Lamuestra es en Suipacha 1422, museo Fernandez Blanco, de 14 a 19 hs, de martes a domingo, y funcionará hasta el 10 de Septiembre del 2006.
Seguramente me explayaré sobre la muestra, pero por ahora quería dejarles una nota escrita en una página de viajes que me pareció muy oportuna.
[@more@]
Autor: milkman | Fecha: 17/07/2006
Hola Viajeros del mundo nuevamente!!, este relato es de una exposición única que tuve la oportunidad de visitar en Buenos Aires, donde se promueve el conocimiento de las culturas prehispánicas del Noroeste argentino. En un sector se expone sobre una pantalla un excelente film, que muestra diferentes regiones de Argentina, donde el legado de admirables civilizaciones han reinado; vestigios del pasado que tienen mucho que enseñar a la sociedad de hoy, que ha perdido valores trascendentes de escencia humana: Petroglifos en La Rioja, ruinas incas y observatorios para predecir cambios climáticos y centros energéticos, en Catamarca, junto con otras postales del vasto y hermoso territorio argentino, dejan al visitante sin aliento frente a tan descomunales paisajes y crean conciencia de la importancia de la preservación de este legado como una meta ineludible de las presentes y futuras generaciones.
Bajo la certeza de que promover el conocimiento de las culturas indígenas es aportar a la comprensión de la historia de la región, el Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco junto al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, organizan esta muestra excepcional. La muestra reúne por única vez piezas del arte precolombino norteño de un valor incalculable, que integraban colecciones de diversos Museos de varias Provincias argentinas (Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán y Salta). Pertenecen a sociedades agroalfareras que habitaron desde varios siglos antes de la era cristiana hasta la influencia incaica que culmina en el siglo XVI (un período que comprende dos mil años), poco antes de la llegada de los conquistadores españoles. Son trescientas piezas de diversos materiales, que nunca habían salido de su lugar de colección. Los objetos como campanas, pectorales y discos de bronce, hachas, máscaras funerarias de piedra, joyas, flautas, etc- fueron elegidos por su refinamiento estético y como exponentes donde los pueblos andinos volcaron su sensibilidad y sus valores. La cosmovisión indígena esta formada por valores que sustentan su ética social y personal que se mantiene intacta desde hace miles de años y sirve de pilar a su identidad. La cultura andina desarrollo una visión totalizadora del mundo en que los dioses, el hombre y la naturaleza son integrantes indivisibles. Todo en la vida se ve y se vive con una perspectiva cosmológica y por eso el sentido de respetar el orden cósmico siempre presente en sus rutinas cotidianas.
Una muy arraigada tradición chamánica, basada en el uso ritual de algunas plantas psicoactivas consideradas sagradas para estos pueblos, le imprimió a esta cosmovisión un lema fundamental que la comunidad mundial de hoy en día debería tomar como ejemplo y actuar en consecuencia: el hombre tenía una misión esencial: hacer que la delicada dinámica entre Naturaleza, cosmos e individuo se mantuviera en perfecto equilibrio: un paso en falso, sobre este principio irrenunciable, significa la muerte, la destrucción, el fin de cada grupo humano y el fin de la tierra conceptualizada como paraíso terrenal. La conexión entre chamanes, fuerzas naturales y animales, ha quedado expresada en su arte que nos hablan de las posibilidades del ser humano para el desdoblamiento, la transformación y el acceso a otros planos de la realidad. La tarea del chamán es siempre transformar algo, una enfermedad en salud, una sequía en lluvia; un notable contraste con el mundo moderno, donde la salud se transforma en enfermedad, un río en agua pútrida, una lluvia ácida en muerte de nuestro entorno. La función positiva que el chamán ocupaba en convertir las cosas malas en buenas, la sociedad de hoy hace exactamente lo contrario.
Es muy negativo que el mundo de hoy haya perdido este respeto fundamental por su propio entorno que en definitiva repercute en un mal común y no beneficia sino a pequeños actores sociales que agreden la Tierra, en este aspecto debemos considerar a estas sociedades como ejemplos a seguir, por ello es de suma importancia concientizar a los que aún no lo están.
En el mundo indígena los animales son de primordial interès, a los que debe respetarse como iguales, para su cosmovisión muchos de ellos son antepasados nuestros o los espíritus de almas de muertos recientes. Las formas animales de cazar, jugar, dormir, volar; siempre han servido al ser humano como ejemplo para su propia supervivencia, ya sea para refinar sus técnicas para conseguir alimento, para defenderse (las técnicas del kung-fú, están tomadas de movimientos animales del Tigre, de la garza, del mantis, etc), como para desarrollar hasta la misma tecnología aeronaval (nuestros aviones han copiado la forma aerodinámica de las águilas). Son dos mundos tan conectados, que no ver esta sabiduría es un grave error, de los que pagarán las consecuencias generaciones venideras; el cóndor, el jaguar y la serpiente, simbolizan los tres mundos y todo guarda un perfecto equilibrio, donde el hombre debe velar para coordinarlo lo más perfectamente posible; la codicia, la superioridad, el daño, no deben tener lugar.
Las piezas demuestran que los argentinos tenemos una riquísima identidad cuyos orígenes, en su vertiente indígena se inscriben en tiempos remotos. Son testimonios de un pasado que no ha muerto y que alientan la construcción de un mundo diferente donde los valores ancestrales puedan ser compartidos por todos.
La muestra se divide exquisitamente en diversas temáticas: en la sección Cosmovisión andina, se resalta la dualidad como escencia de lo divino, el sentido del sacrificio; La Muerte como pasaje quiere reflejar la visión sobre esta etapa, no como un final sino como tránsito. Imágenes de sí mismos, describe figuras humanas femeninas y masculinas que nos permiten reconocer como se veían y se representaban a sí mismos. Animales sagrados, devela la variedad y simbolismo de los animales y su importante cosmovisión. Chamamismo, transformación y poder ilustra la escencia y las formas tradicionales de este conocimiento, el uso ritual de plantas sagradas, el trance, la fusión, entre lo humano y lo animal. Señores del sol, nos deslumbra con el resplandor sacralizado del oro y la legitimidad de la autoridad en planos sobrenaturales.
Esta muestra para mí y para todos aquellos que conocen esas zonas u otras en el mundo, saben bien el drama pasado y el presente que se vive allí y que no es más que una repetición de situaciones injustas porque todavía hoy no se ha hecho un reconocimiento ni nacional ni internacional de suficiente poder como para que estas injusticias cesen. En Catamarca (de donde provienen varias piezas de la muestra y cuna de la gran civilización de La Aguada) y en varias regiones de este país como en toda Sudamérica, se produjo el mayor genocidio del mundo, borrado pacientemente de los libros de historia por escritores que obedecen a políticas nacionales e internacionales de los gobiernos actuales.. En Catamarca hoy hay pueblos que intentan recuperar la memoria histórica. Una deuda pendiente a nivel mundial, (aún hoy las calles llevan nombres de los conquistadores en muchas ciudades de América, una gran falta de respeto hacia estos pueblos que son los verdaderos dueños de la tierra). Recién en 1.994 con la Reforma de la Constitución Argentina, se han incorporado sus derechos a nuestra ley suprema, debieron pasar, más de 140 años (desde la formación del Estado argentino) para que sus derechos sean incorporados, una vergüenza.
Mientras que Hernán Cortés tomó México, venciendo a los aztecas en un año y ocho meses y Francisco Pizarro se apoderó del imperio incásico en dos días, en Catamarca después de cincuenta años, los españoles vencieron, pero no pudieron contra los diaguitas a quienes debieron desterrarlos para poder gobernar.
La comunidad aborigen Los Morteritos (Catamarca), rompió el silencio en el año 2.000 y decidió levantar su voz para ser reconocida como pueblo Diaguita- Calchaquí. Este hecho marcó un hito histórico, cultural, político y jurídico, porque esta Provincia no figuraba en el mapa de pueblos indígenas de Argentina. En lugares inaccesibles e inhóspitos de la cordillera, el pueblo argentino se enteró que existían cuando un hombre luego de penosa travesía de días por las montañas, llevó a su hija desnutrida a un centro de atención en otro pueblo; cruzando precipicios con temperaturas glaciales y dirigido por su talento de la orientación y sobreviviendo por la capacidad que desarrolló en tan adversas condiciones, logró salvar a su hija de la muerte segura, fue nota de todos los canales de televisión y tapa de todos los diarios. La región volvió al olvido y resurgió fuertemente cuando las empresas inglesas Billington y Rio Tinto hallaron oro en Farallón Negro, (Catamarca), nuevamente el drama de seguir viviendo en la pobreza, con oro bajo sus pies; plantaciones que se secan, ríos contaminados y gente con cáncer, debe pagarlos la comunidad que vive en esas regiones, la comunidad aborigen. Esta comunidad grita pero nadie la escucha ¿Quién puede contra el oro?, este pueblo se halla en el Departamento de Belén, distrito termas de Villa Vil (donde recientemente se produjo una pérdida de mineral que casi contamina el río, del que dependen para sobrevivir). Son 241 habitantes, cada vez menos, la Constitución consagra la preexistencia étnica y cultural de estos pueblos, pero no le dieron su personería jurídica por trámites burocráticos, por ello la Legislatura provincial sancionó la ley 5.150 donde reconoce "el carácter de sujeto de derecho y de pueblo persistente…como la propiedad y el carácter comunitario de las tierras que ancestralmente ocupan, el que será inajenable, intransmisible e inembargable e imprescriptible y no será objeto de ninguna imposición tributaria provincial ni municipal".. Cuenta con dos esuelas pero que no cumplen como enseñanza fundamental. Dos postas sanitarias, que no tienen medicina integral (porque los médicos a pesar de su juramento, prefieren vivir cerca de las capitales y de los altos salarios, olvidando la función solidaria de la medicina), carecen de ambulancia y ante una urgencia no tienen auxilio, salvo un caballo o una mula, como el caso que les conté más arriba. Tienen agua corriente con una red precaria; el teléfono es oneroso e imposible de uso. Las viviendas son de piedra y barro, sin baños ni muebles, la mayoría duerme en el suelo. Crían ovejas y cabras y su sobrepastoreo desertifica el suelo, agravando el problema; los pumas y zorros diezman considerablemente el ganado y escopeta es un lujo que casi nadie tiene. Antes hacían hilados y mantas, hoy no tienen con quien comerciar debido a su situación de cuasi aislamiento. El trueque es su sistema económico, en el que pierden casi siempre (como pierde toda América).
Los comercios de la zona les venden sobrevaluados los productos, harina, azúcar, yerba, etc y se llevan por miserias lanas, cueros y ropa tejida. Cada vez hay menos gente, los jóvenes emigran a la ciudad, allí se corrompen son víctimas de racismo, primero racial, nadie en una ciudad exitosa (donde lo estético es el valor fundamental) les da trabajo, no tienen dinero como conseguir y aparece el segundo racismo más perverso que el primero, el del dinero: si no tienes dinero, no accedes a lo que quieres, ni a los amigos; caen en la droga o en el alcoholismo; su bondad al venir de zonas donde no existen esas desviaciones del alma los obliga a asumir su existencia como un mal endémico, como una condena que deben sufrir estoicamente.
Su valiente tarea de reconocerse como "los hijos de la pachamama. La madre tierra", choca contra la Iglesia, contra las leyes y contra los intereses empresariales de un mundo que cambió definitivamente para todas los pueblos originarios desde la llegada de los españoles y que continúa con los gobiernos blancos que no apoyan masivamente sus reclamos. Otros pueblos se levantan y se suman a sus quejas legítimas antes morales y hoy jurídicas (se amalgama por fin, el verdadero concepto de justicia: la moral apoyada con conceptos jurídicos) y no como promueven las Universidades de leyes en todos los países del mundo un derecho sin moral, un individuo sin autocrítica ni autoconsuelo. Es el caso de las comunidades Colla Atacameña de Antofalla, y de la Ciénaga Redonda en Antofagasta de la Sierra (Catamarca). Estos pueblos deben tener reconocimiento en nuestra sociedad, su pasado nos enseña lo que no queremos aprender para cuidar el mundo y su presente nos da la mas clara muestra de que los ciudadanos que vivimos en las metrópolis y que tenemos acceso a todos los medios de comunicación y podemos llegar con nuestro mensaje a casi todos los rincones del planeta, debemos darles un espaldarazo a estas regiones que los Estados no reconocen por carecer de recursos económicos que sirvan a sus objetivos políticos.© 2002-2006 Viajeros.com