(Fuente: Omnia, Nuestroclima.com).
Al sur del lago Maracaibo, en Venezuela, un extraño fenómeno meteorológico se presenta durante más de 160 días al año. Una descomunal tormenta eléctrica, con relámpagos que se distinguen a 400 kilómetros de distancia, ilumina las aguas del río Catatumbo. Centenares de descargas eléctricas simultáneas le otorgan a los cielos de la región un aspecto único en el mundo.
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De acuerdo al ambientalista Erik Quiroga, el relámpago del Catatumbo es un fenómeno esencialmente eléctrico. Un frente de baja presión inducido por la circulación de los vientos que provienen del noreste, se sitúa por lo general sobre la desembocadura del río Catatumbo, generando nubes de desarrollo vertical que favorecen las condiciones tormentosas. A su vez, la presencia de metano proveniente de los extensos pantanos de la región opera como detonante de las descargas eléctricas, manteniendo a los cielos literalmente encendidos.
A lo largo de la Historia se observa el interés despertado por el relámpago del Catatumbo. Los indígenas wari explicaban el fenómeno como “la concentración de millones de luciérnagas que todas las noches se reúnen en el Catatumbo para rendirle tributo a los padres de la Creación”. Los yupas y los wayuu, otras tribus aborígenes de la zona, atribuyen el fenómeno a las almas resplandecientes de los muertos.
Las crónicas más recientes cuentan que en 1595, el corsario Francis Drake intentó tomar Maracaibo en un ataque por sorpresa, pero gracias a la luz del relámpago del Catatumbo el vigía pudo avistar la silueta de los barcos en plena noche, poniendo en guardia a la ciudad y evitando el inminente saqueo del pirata. También durante la guerra de independencia con España, el relámpago sirvió de faro a los barcos del Almirante Padilla para derrotar a la escuadra española fondeada en el Puerto de Maracaibo, en la batalla naval del 24 de julio de 1823.
Además, el relámpago del Catatumbo cumple con un importante papel en la generación del ozono atmosférico. A un increíble ritmo de hasta 280 descargas eléctricas por hora, se dice que las tormentas del lugar producen un 10% del ozono troposférico generado en el planeta; por lo que el relámpago del Catatumbo puede considerarse como uno de los principales regeneradores individuales de la capa de ozono de la Tierra. Esta característica lo ha llevado a ser propuesto como patrimonio de la Humanidad, bajo la protección de la Unesco. De prosperar la iniciativa, se trataría del primer fenómeno meteorológico en obtener esa distinción.